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jueves, 11 de diciembre de 2014

EL BELÉN

¡¡FELIZ NAVIDAD!!
CON MIS MEJORES DESEOS DE PAZ  Y ALEGRÍA 
PARA TODOS.


EL BELÉN
Y en este ambiente es cuando acuden a mi memoria los más gratos recuerdos de la Navidad relacionados con el tradicional y minucioso montaje del pequeño Belén. Sólo la tarea de componerlo nos estimulaba a los chicos a abandonar el tedio de los paseos sin rumbo por el pueblo... Inusitadamente diligentes, cada uno buscaba de todo: el más limpio y brillante musgo en las linderas próximas a la “Chopera Oscura”; las ennegrecidas escorias de la combustión en los escombros de la vieja tejera del señor Emilio Llera, el asturiano, allá al pie de “Las Escalerillas”; las láminas de papel plata, envoltorios del escaso chocolate consumido, bien guardadas para la ocasión por los más privilegiados que lo poseían y lo habían guardado previsores; las rugosas cortezas de chopo y el fino aserrín de la serrería del señor Moisés, siempre benévolo con nuestras demandas; los trozos de vidrio del recorte que el señor Ezequiel “el hojalatero” abandonaba junto a la tapia de la “Nanjariega”... 

Luego, todo cobraba vida en un alarde de ingenio infantil. El musgo reverdecía en prados bucólicos; las escorias se convertían en agrestes cumbres que nevábamos con ayuda de la bolsa de la harina, hurtada a escondidas; el papel plata bajo el vidrio semejaba el humilde riachuelo en el que reposaban algunos pececillos de dudosa artesanía; las cortezas, convertidas en rústicos puentes, soportaban la pesada carga de camellos, carretas y aldeanos camino del portal; el serrín serpeaba las diminutas colinas y valles por donde transitaban lugareños, aldeanas y carros cargados con leche, quesos y hasta algún cordero con destino al recién nacido... Al final, no siempre, una pila de petaca y una minúscula bombilla daban luz a la hermosa escena del Portal... 

A partir de este momento se iniciaba la locura. Cada visita al Belén significaba el trasiego obligado de figuras. Cambiar a los camellos de sitio adelantando su cansino marchar, impacientes nosotros porque llegara cuanto antes el día cinco de enero y con él los regalos de los Magos; reponer el musgo prematuramente mustio; situar la vaca y la mula cerca del Niño para calentar su cuerpo aterido o buscar mejor acomodo al pescador o a las ovejas descarriadas eran el pan nuestro de cada visita. 

Finalmente, cada uno mostraba su milagro a los demás en leal competencia con los mejor dotados por la imaginación o el bolsillo. Hasta el arca de Noé, victorioso sobre las tempestades del diluvio universal, apareció en algunas navidades sobre una de las colinas rocosas del Belén de Lucas. Era el hijo único del Sr. Celso y la Sra. Balbina, dueños de la tienda de calzados “La Palentina” situada a pocos pasos de mi casa. Fue la suya una interpretación libre del Misterio de Belén y una insospechada faceta artística de aquel siempre bien trajeado joven que vestía camisa de cuello duro y calzaba elegantísimos zapatos de charol. Su gigantesco Belén —porque ocupaba prácticamente una habitación entera de la planta baja de su casa— nos llenó de asombro y admiración a todos los chavales del pueblo, mucho por sus dimensiones y, sobre todo, por el hecho de que apareciera en él tan insólita embarcación, fruto de sus personales dotes artesanas. 

Pero por encima de todas las muestras locales de Belenes estaba el formidable Misterio instalado en la iglesia de San Lorenzo. El Portal con la Sagrada Familia cobijada al calor del buey y la mula, los pastores postrados con sus ofrendas a los pies del Niño y los Reyes Magos acercándose a lomos de los camellos, de cuyas riendas tiraban elegantes pajes, eran una competencia difícil de superar con nuestras diminutas figuras de barro. Porque con el gran tamaño de cada una de aquellas imágenes se podían haber fabricado muy bien casi todas las de un Nacimiento completo como el mío. Aquel sí que era un Belén hermoso al que, sin embargo, podía achacársele un fallo. Y este era la evidente desproporción entre el tamaño del Niño Jesús y el resto de las figuras que le acompañaban. Claro que la cosa tenía su explicación y es que después de cada ceremonia religiosa de la Navidad, D. Ángel el párroco o D. Manuel Arroyo lo cobijaban entre sus brazos y lo mostraban a los fieles para que acudiéramos a adorarle. Se hacía una larga fila y todo el mundo depositaba un beso sobre la rodilla de aquel Niño sonriente que nos miraba con exquisita dulzura. Si hubiera sido del tamaño proporcionado a San José y la Virgen ni la mirada hubiera sido tan elocuente ni la rodilla del tamaño adecuado para ser besada con comodidad. Así eran nuestras cavilaciones al respecto.

MEMORIAS DE UN SEXAGENARIO ADOLESCENTE
Descarga gratuita del libro:

lunes, 1 de diciembre de 2014

ORQUESTA SINFÓNICA DE BURGOS




Va, Pensiero (Nabuco)
Director:                      JAVIER CASTRO VILLAMOR
Director del Coro:       RODRIGO CALZADA PEÑA


martes, 25 de noviembre de 2014

¿VIAJAR POR LOS ESPACIOS SIDERALES?

¿Viajar a los espacios siderales? 

Según parece, la posibilidad de hacer un "viajecito" por el espacio en un último modelo de cohete espacial, ya no es una quimera salvo por los problemas de insuficiente liquidez que la mayoría de los mortales -exclusión hecha de las grandes fortunas- disponemos para sufragar semejante excursión. De cualquier manera, siempre hay alguna alternativa más barata como la que propongo con este vídeo magnífico que pongo a vuestra disposición. Espero que lo disfrutéis de manera que las posibles ansias reales de participar en semejante evento, queden, si no colmadas, sí calmadas de momento. Porque el futuro está por definir.

martes, 4 de noviembre de 2014

JUMPY EL PERRO




Jumpy es un perro que me recuerda un famoso comentario mantenido entre varios cazadores a propósito de la habilidad de sus canes. Según afirmación generalizada convinieron en asegurar que hay perros mas inteligentes que el amo. Y para confirmar el aserto con la propia experiencia, uno de ellos sentenció con verdadero énfasis; "Como el mío". 
Ignoro las habilidades cinegéticas de su animal pero sin duda; Jumpy, aunque con otras mañas ha de ser un digno descendiente de aquel animal. A las pruebas me remito. Pinchar en el enlace para comprobarlo.


Extreme Jumpy The Do

miércoles, 29 de octubre de 2014

THE TROOPER OVERTURE

El Trooper Overture por 2 violoncelos que combinan la Obertura de Guillermo Tell de Gioachino Rossini con The Trooper de Iron Maiden. Luka Sulic y Stjepan Hauser ofrecen una interpretación y resultado de estrellas de rock. ¡¡Genial!!

Pinchar en este en lace:
The Trooper Overture

sábado, 11 de octubre de 2014

¿CORTESÍA = MACHISMO?

Estoy exultante. Y lo que es mejor, liberado de un trauma de esos que dice la gente que se producen en los chicos por culpa de los deberes escolares o cosas parecidas. Y no es para menos. Aún estaba yo en pleno uso de mis tareas docentes, aunque a punto de la jubilación y el dique seco, cuando siguiendo mi habitual cortesía ante las puertas, abrí una de ellas a la salida de clase, en el momento de coincidir con la más joven de mis compañeras, a la que cedí mi espacio en la puerta. De inmediato, mirándome entre airada y ofendida, me espetó; «eso es un gesto machista»… 

Aún me queda el resuello de aquel lance con el que se inició la colección de traumas que vengo acumulando entre confuso y perplejo en estos temas de la cortesía aparcada. Confuso porque, hace de esto tantos años como sesenta largos, que aprendí las normas de urbanidad, en  aquel librito cuyo contenido practicábamos a diario, so pena de exclusión social. Arrinconadas estas prácticas por ¿retrógradas? y sustituidas por otras prioridades más «éticas» y menos dignas,  a quienes apenas nos quedan canas por peinar, nos dejan perplejos y desconsolados.

Dicho esto, mi satisfacción de hoy tiene que ver con una especia de recuperación mental que me han deparado, también a la puerta de un edificio, un trío de muchachas quinceañeras a las que también he cedido el paso esperando lo peor. Y esta es la maravilla; ellas pretendían darme la prioridad y yo, cargado de convicción íntima, pese a mis tribulaciones traumáticas, he recurrido a mi urbanidad soterrada y con la mejor de mis sonrisas he sentenciado: «por favor, primero las damas porque yo soy muy antiguo y así lo aprendí hace muchos años». De inmediato, he estado a punto de protegerme recordando que el primer sornabirón coloquial de la compañera volviera a repetirse de nuevo, y en esta ocasión, corregido y triplicado. 

Pues no. Con la más deliciosa de las simpatías han aceptado mi cortesía, coreado su agradecimiento a mi gesto y, su desenfadado aire juvenil, brillado con la mejor de las sonrisas.

No es que quiera generalizar conductas, porque afortunadamente, en esta ocasión como en tantas otras gana la mayoría por goleada. Especialmente entre la gente que aprendió hace muchos años a convivir con otros principios.


jueves, 9 de octubre de 2014

LAS MORAS ESQUIVAS


 

Al fin ha llegado el otoño con su carga de nubes grises quebrando sin reparos el azul del cielo castellano. Ya se han afincado las castañeras en los portales de Antón y,  acurrucadas en torno al brasero protector, muestran silenciosas su mercancía entre chisporroteos y tufillos. Los vientos del norte, empeñados en su condición de quitameriendas, imponen su ritmo y empujan acuciosos a las hojas de los árboles que inician presurosas y desorientadas su vuelo sin retorno. Los niños estrenan sus botas de agua en busca de charcos y las abuelas se mueven diligentes en torno a los castaños para recoger el fruto liberador de polillas y parásitos. Gabardinas, bufandas y gorras anuncian ya su penetrante olor a naftalina y, en los mercadillos, las escasas endrinas de una cosecha cicatera se venden a precio de pacharán etiquetado. Es sin duda el otoño burgalés con todo su esplendor.

Esta mañana he aparcado mi bicicleta y atraído por la imagen de las moras cuyos setos bordean las márgenes del Arlanzón he pensado en alcanzar algunas.  El río, sin duda más generoso de caudal que lo solía en otros tiempos, tiene a su vera un tupido bosque que, por su margen izquierda, se extiende exuberante entre la plaza de toros y el puente de Capiscol. Acompañándole aguas arriba y abajo pedaleo a diario y, al paso, cada mañana se ofrecen tentadoras a mis ojos las más hermosas zarzamoras del otoño en la Quinta. Así que, uno, que conserva la intrepidez mental de los tiempos en que las recogía a puñados cuando mozalbete en la villa, ha decidido que era el momento de arriesgar y conseguir las más hermosas que, por inalcanzables, se insinuaban aún más seductoras. He traspasado los límites del malecón por el atajo, invadido los dominios de ratas, ratones, lagartijas y musarañas que de todo eso y algo menos natural hay en el boscaje y serpeado por el intríngulis de la esquiva maraña para, después de descubrir mis mermadas facultades para alcanzarlas, abandonar el intento y desistir. Al fin y al cabo, he recordado la fábula de la zorra y las uvas y, superado el desencanto, regresado  a casa con la imagen de las tentadoras frutas atrapadas entre las aviesas zarzas y algunos elocuentes arañazos en brazos y piernas, evidencia lamentable de mi agilidad perdida. 

jueves, 21 de agosto de 2014

LA CASONA DEL OBISPO. OÑA (BURGOS)

Hoy he disfrutado de tres placeres consecutivos durante la impaciente espera para disfrutar de la puesta en escena del Cronicón de Oña. El primero de ellos tiene que ver con un reencuentro familiar y multitudinario a la puerta de una gran casona en vías de restauración definitiva y que, según parece, esta vinculada a la vida de don Pedro González Manso, Obispo que fue de Guadalix, Tuy, Badajoz y Osma, del Consejo del Rey, Presidente de la Audiencia, Canciller de Valladolid y Gran Bienhechor de Oña y de su Monasterio de San Salvador:



Después de contemplar la hermosa fachada y deambular por sus interiores, he descubierto hasta donde puede el empeño y la entrega para conseguir que un vetusto edificio, abandonado a su suerte y a la incuria del tiempo, se haya convertido en un remanso de de paz y bienestar.  Ha habido en ello un decidido propósito de devolverle la dignidad herida sin alterar ni su nobleza ni sus valores añejos. Y todo ello ha sido el resultado de una empresa familiar entregada a recuperar cada palmo de su estructura con el ardor y la convicción de una meta posible.

He recorrido todas y cada una de sus estancias y disfrutado del acogedor espacio en el que el gusto por la decoración y la selección de los enseres configuran en cada una la armonía entre el ayer y el hoy. Por todo ello quiero mostrar mi cordial enhorabuena a cada mano, cada mente y cada entrega que ha hecho posible lo que ha todas luces es una hazaña encomiable.






























Completada la visita, la tradicional hospitalidad castellana ha permitido disfrutar también de los placeres de la mesa en torno a los productos más castizos y exquisitos de la gastronomía hogareña. Complementados con los vinos, que estimulan a la tertulia y alegran el cuerpo, hemos finalizado la reunión para acudir al Monasterio de San Salvador. Allí ha tenido lugar, un año más, y con este van 28, la representación del ya más que famoso CRONICÓN DE OÑA. De ello y de su espléndido desarrollo doy cuenta en entrada aparte con el mismo título.  

miércoles, 20 de agosto de 2014

EL CRONICÓN DE OÑA

Siempre he sido un ferviente lector de textos relacionados con mi condición de castellano y, por aquello de que nobleza obliga, no he perdido oportunidad que me pusiera en contacto con mis orígenes y la historia de mis ancestros próximos o remotos. Películas, documentales, escenarios teatrales y cualquier otra muestra literaria al caso, han tenido en mí un devoto de la historia de las gentes que configuraron los reinos de Castilla y León a los que me honro en pertenecer.

Por eso, y tan reciente como hace sólo algunas horas, he asistido a una representación en la que el monumental cenobio de San Salvador de Oña, el espectacular brillo de la representación, el preciosismo del vestuario, los elementos musicales y luminosos y la apostura de actores y actrices participantes, han convertido la representación del Cronicón de Oña en una más que valiosa muestra del bien hacer de un Fuenteovejuna moderno que llena de orgullo y gloria a la villa oniense.

En esta última edición he participado de la representación con mi familia y he podido  añadir a mi colección de eventos históricos contemplados, el prodigioso espectáculo de la historia que forjó a Castilla y León entre los años 970 a 1072.

No es mi propósito hurgar en la serie de encomiables calificativos que me ha merecido el espectáculo y que son innumerables. Baste sólo el hecho de que mi propósito íntimo de acudir en futuras muestras, sólo podrá impedirlo algún imponderable, porque allí estaré tan absorto y entusiasmado como lo he estado en esta ocasión.

Mi más cordial enhorabuena y mi más sincero agradecimiento a todos y cada uno de los que hacen posible tan esplendida puesta en escena del entrañable periodo de historia castellano leonesa.

Gracias a todos

Eduardo García